Por la señal...
Señor mío Jesucristo...
ORACIÓN INICIAL DE TODOS LOS DÍAS:
Altísimo Dios de todo lo creado, en quien creo, espero, y amo sobre todas las cosas, y a quien me pesa con gran dolor de haber ofendido. Te ofrezco Señor, por medio del Corazón Inmaculado de Maria todas las obras y sufrimientos de este día y de todos los días de mi vida, para reparar por mis propios pecados y por la conversión de los pecadores.
Te ruego Virgen Santísima de Fátima, me ayudes en los momentos difíciles de la tentación y en la hora de mi muerte, para que goce contigo las delicias del Cielo.
Amén.
ORACIÓN FINAL DE TODOS LOS DÍAS:
¡Virgen de Fátima! concédeme la gracia que te pido en este Triduo...
(mencionar la gracia que se desea conseguir)
¡Ayúdanos Madre! a vivir siempre en la fe, esperanza y caridad.
Amén.
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DÍA PRIMERO:
(Oración inicial de todos los días)
Virgen del Rosario, que aparecisteis en Fátima en 1917 a tres inocentes niños: Lucía, Francisco y Jacinta. Bajasteis del cielo para anunciar a los hombres que Dios está muy ofendido. Tú como Madre Amorosa, nos avisas del grande castigo que merecemos si no dejamos de pecar. ¡Virgen Santísima de Fátima! Ayúdanos a llevar una vida santa, y si tenemos la desgracia de pecar, vayamos con decisión al Sacramento de la Confesión.
(Avemaría)
(Gloria)
(oración final de todos los días)
DÍA SEGUNDO:
(Oración inicial de todos los días)
¡Dulce Madre! Virgen Blanca e Inmaculada, que enseñaste en Fátima a tres niños el infierno, no para asustarles sino para avisar de que el infierno existe y que no es un mito, y se dispongan los hombres a enmendar sus vidas haciendo oración y penitencia. El demonio vomita veneno por el mundo con la corrupción de costumbres para que las almas se pierdan por una eternidad. ¡Virgen Poderosa! Enciérranos en tu Corazón de Madre y condúcenos por el camino de la salvación.
Amén.
(Avemaría)
(Gloria)
(oración final de todos los días)
DÍA TERCERO:
(Oración inicial de todos los días)
¡Virgen de Fátima! Mensajera de amor y paz. Blanca como tu pureza. Perpetua virginidad.
Como hijos que te amamos, queremos reparar las ofensas que hieren tu Inmaculado Corazón con una Salve...
Nos comprometemos a rezar todos los días el Santo Rosario, porque sabemos Madre Bendita que es tu deseo. Confiamos Madre de Dios y Madre nuestra, en tu poderosa intercesión.
(Avemaría)
(Gloria)
(rezar la oración final de todos los días)