En esta mañana el amor me abriga el alma,
Por gracia de Dios a mi vida llega la calma,
Milagro o misericordia el favor está hecho;
El amor duerme ahora en mi pecho.
Eres tan pequeña pero con un corazón gigante,
Con una humildad que te corona mi dulcinea,
Una dulzura que te proclama mi soberana,
Una ternura que me devora el alma.
En el brillo de tus ojos se dibuja mi triunfo,
En tu semblante se estampa mi esfuerzo,
En tus labios se desparrama mi corazón,
En tus manos se derrite mi pasión.
En la caricia férvida de tu voz,
Navegan mis quimeras buscando tu puerto;
Mis oídos han perdido el control del timón;
Es imposible desprenderse de ese fin.
Condenado estoy a amarte,
Encuentro en ti una razón incontrolable,
Te amo y en tal camino,
Desatino mi razón ¡creo que estoy loco!
Los minutos cruzan mi puerta,
Están locos, tu nombre llevan en la espalda,
Miro al cielo y te veo sentada sobre las nubes,
Bajo mi mirar y te veo acostada formando los Mares.
Cierro mis ojos, en mi corazón, estas dibujada;
Corro y en mi huida vienes entre el viento;
No hay escapatoria estoy cansado y agotado,
Luego caigo de rodillas y exclamo TE AMO…
Autor: (Dennis Nicolás Rojas Rodríguez de Perú)
Foto: Malecón de Puerto Vallarta, Jalisco, México (Abril 2014) - © Oraciones Católicas
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