¡Oh misericordiosísimo Jesús,
abrasado en ardiente amor de las almas!
Os suplicamos por las agonías de Vuestro Sacratísimo Corazón
y por los dolores de Vuestra Inmaculada Madre,
que lavéis con Vuestra Sangre
a todos los pecadores de la tierra
que están en la agonía y tienen hoy que morir.
Amén.
Corazón agonizante de Jesús.
Tened misericordia de los moribundos.
(Cien días de indulgencia cada vez que se rece).