Señor San Rafael mío, a vos llego con alegría y contento para que me remedies esta necesidad mía
antes de los 21 días, y para que me acompañes y guíes como acompañante y guiaste al joven Tobías.
(Se reza un padrenuestro y un Avemaría, el primer día, dos al segundo y así sucesivamente
aumentando uno todos los días.)
¡Oh fidelísimo compañero y custodio mío!
Destinado por la Divina Providencia para mi guardia tutelar, protector y defensor mío, que nunca te
apartes de mi lado, y gracias te daré yo por la fidelidad y el amor que me profesas y
por los muchos beneficios que a cada instante estoy recibiendo de ti; tú velas sobre mi, cuando
estoy durmiendo, cuando estoy triste tu me consuelas, cuando estoy desmayado me
alimentas, tu apartas de mi lado los peligros presentes y me enseñas a precaver los futuros, me
desvías de los malos y me inclinas a los buenos, y me reconcilias con Dios y mucho tiempo
hace que estaría ardiendo en el infierno si con tus ruegos y gemidos no hubieran detenido la ira el
Señor, suplícote no me desampares en las cosas adversas, modérame en las prosperidades, líbrame de
los peligros y ayúdame en las tentaciones para no dejarme vencer jamás y lleva ante el acatamiento
de Dios mis oraciones y todas mis obras buenas, consiguiendo que de esta vida sea trasladada mi
alma en gracia de Jesús, María y José, Joaquín y Ana.
Amén.
Oraciones Católicas - (LA ORIGINAL)
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